Montserrat Sanabria: autora del libro “Fantasmas del Aire”

Montserrat Sanabria, autora del libro Fantasmas del Aire.

Sobrecargo durante 9 años, ¿De qué aerolínea fuiste sobrecargo durante 9 años?
De Aeromexico Connect

¿Qué aviones volaste?
Todos los que tienen, empezamos con el Embraer 145, 190, 170 y 175

¿Cuál te gustaba más?
Todos tenían su encanto particular, me gustaba mucho el pequeño porque el trato es como más personal con los clientes y cuando me contrataron me dijeron “Las sobrecargos de este avión son las reinas”

¿Por qué historias de terror?
Bueno, me gusta muchísimo el terror desde siempre, me encanta. Un día tuve la oportunidad de que me llegara esta idea a la cabeza, a un compañero en Mazatlán le paso una experiencia justo cuando estábamos entrando al avión, entonces pedí que me explicaran qué pasó y de ahí me llego la idea de juntar historias y hacer el libro.

¿Y por qué un libro? Hoy en día están de moda los “youtubers”, todo mundo haciendo sus vídeos…
Yo creo que es una forma de  llegar a mucha gente, igual tengo un canal de youtube, sí llegas a mucha gente pero el libro fue para llegar a más lugares y también para fomentar la lectura.

Estudiaste la Licenciatura en Historia, entonces ¿eso te facilitó escribir el libro, realizar la redacción?
Sí, desde muy pequeña me gustaba escribir, cuando tengo tiempo me la paso escribiendo cosas, de hecho tengo otra página de facebook que se llama “Ecología con Mommy” y siempre ando poniendo reflexiones y cosas que escribo, pero siento que sí me facilito un poco el proceso el haber estudiado la licenciatura, no estaba tan perdida en lo que estaba haciendo.

Comenzaste la aventura en el 2014, empezaste a realizar tus investigaciones,  ¿Quiénes te ayudaron, cómo los entrevistabas? ¿les decías que tenías el proyecto de escribir un libro?
Sí, de hecho mi “speech” ya me lo tenía súper bien aprendido, llegábamos a algún lugar y se subían los compañeros de operaciones, limpieza, cuando bajaban todos los pasajeros, sube mantenimiento, operaciones; entonces pues yo aprovechaba para entrevistar a quien fuera, a quien se subiera, a quien fuera, en lo que ellos iban barriendo el avión iba yo atrás de ellos así de “compañero, compañero oiga”… y ya les decía estoy haciendo un libro de fantasmas, ¿No sabe si por aquí se escucha algo, se cuenta y me decían “a mi me paso…” y pues así era, fue a tal grado que llegaba y me decían: a mí ya me preguntó el otro día.

¿Cada historia te la contó una sola persona o fueron varias personas las que contribuyen en cada historia?
Casi todas son historias personales de mis compañeros; pero por ejemplo hay un relato de la niña aquí en el AICM que me la contó un compañero Javier Navarro, él sí estuvo investigando con los demás compañeros, tiene mucho tiempo trabajando aquí en el aeropuerto, entonces me dice que varios de los compañeros le fueron dando detalles de una versión de la niña; en el accidente de 1979 de Western Airlines que fue fatal, ahí murió mucha gente, a raíz de eso dicen que se empezó a aparecer la niña aquí.

¿Hiciste investigación de Campo?
No, fue una investigación más hacia lo literario, el tiempo que tuve para realizar el libro fue limitado, entonces me decían por ejemplo en Cancún, hay una historia en mi libro en donde se estaba cayendo un puente vial que conecta el aeropuerto con la zona hotelera, me contaron que eran los “aluxes” los que tiraban este puente, entonces un trabajador de tradición Maya les sugirió a los de la constructora que como eras los aluxes y se estaban metiendo en su territorio, que les construyeran una pirámide abajo del puente.

Y dicho y hecho, la pirámide se construyó y el puente no se volvió a caer, a mi me hubiera gustado ir a ese lugar, tomar fotos, recopilar más información, pero desafortunadamente por mis obligaciones del trabajo pues no pude hacerlo.

¿No te da curiosidad el estar en el mismo lugar donde ocurrieron las historias? Aquí, justo atrás de nosotros se encuentra el cementerio de aviones, ¿no te da curiosidad estar ahí?
Sí, de hecho sí me da curiosidad, pero cuando he pasado por ahí eh visto que dice que es zona Federal,  yo sí tenía la idea de ir a tomar mis fotografías para el libro, ahí en el cementerio, pero debido a que es una zona Federal el acceso es restringido.

En los 9 meses que duró tu investigación ¿Tuviste alguna experiencia?
Pues no, o sea, me dio mucho miedo, de ese miedo irracional, que no sabes si es cierto o no, ya después me daba miedo estar en el avión o cuando eran vuelos nocturnos también con el avión todo apagado, me daba miedo estar sola en los hoteles, empecé a tener mucho miedo de todo durante los 9 meses que estuve haciendo la investigación.

No estoy muy segura de que me haya pasado algo, cuando estuve buscando las historias me acordé de algo que me había pasado cuando yo entre a Connect, estaba en un Embraer 145  y contábamos a los pasajeros, a mi me sobrada un pasajero y tráfico me decía deben ser tantos y yo no, hay uno más… no le di importancia,  tuvo que salir el vuelo.

Después cuando me empezaron a contar que aquí en el Aeropuerto de México dicen que hay una pequeña niña que hace travesuras en el aeropuerto,  y decían eso, que a veces se subía al avión y la contaban como una más, la verdad no estoy segura de a mí me paso esto.

Si te menciono el nombre “Carlitos” ¿En qué piensas?
Es la historia más horrible del mi libro, bueno hay varias que están súper intensas, pero esa fue la que más me marco, cuando la escuche, la transcribí, la vuelvo a leer me da no sé qué, es muy intensa.

En “Fantasmas del Aire” encontramos 50 historias, ¿En qué aeropuertos consideras que se dan  las más tenebrosas?
Aquí en México, en la T2 escuche una historia muy fea de una señora de la limpieza, me contó que aquí en el baño de aduana, ya iban a cambiar el turno y se apuro a dejar el baño limpio, de repente abrió todas las tazas, vio que alguien entró, no le prestó importancia  y ella siguió porque estaba  apurada.

Después de eso, vio a una niña parada frente al espejo, lo primero que pensó fue ¿qué hace ahí si ni siquiera se está lavando las manos? Y fue cuando reacciono y vio que aunque la niña estaba frente al espejo no tenía reflejo.

Dice que tenía la piel muy blanca, cabello largo con caireles, pies súper blancos pero que no pisaba el suelo, sino estaba suspendida, flotando, entonces se acordó de inmediato de las historias de la  “Niña”,  salió corriendo, afuera la encontró una chica de migración, le preguntó ¿qué te pasa?, es que me acaban de espantar, entonces le regaló una medallita de San Benito para que la protegiera, cuando estaba entrevistando a esta señora, me mostró su medalla, la sigue trayendo.

¿En el libro encontramos fotografías?
No, es puro texto, a mi me hubiera gustado muchísimo tener las fotografías, a todos los que entrevistaba les insistía por favor mándenme sus fotografías, pero al final nadie me mando; fue algo muy frustrante, yo las quería incluir en el libro.

Seguramente investigaste muchas más de esas 50 historias, ¿Cómo o por qué elegiste las que finalmente podemos leer en Fantasmas del Aire?

Escogí las que estuvieran más concisas, hay muchas historias como muy vagas y también no lo hice a propósito, pero quedó muy variado.

¿Puedes dormir, manejar a media noche, estar sola en casa después de escribir tu libro?
En casa sí, porque tengo confianza, pero cuando eh manejando en la noche sola por lugares que no están muy iluminados, aunque ya conozca el camino, de repente me imagino que va a salir alguien por el retrovisor, de por si tengo mucha imaginación, como que siempre pienso cosas extrañas.

En el primer tiraje se agotaron los ejemplares, ¿hasta hoy cuántos libros se han vendido?
He vendido más o menos 200 ejemplares

¿Tú hiciste todo: portada, fotografías de portada, redacción y edición?
Fue un proyecto casero, independiente y familiar. Mi cuñado me hizo la portada, hice un concurso de portada y al final la ganadora fue esta.

La corrección la hicieron entre mi hermano, mi cuñada María Fernanda y yo le di los últimos detalles.

Fui a las imprentas directamente a cotizar libros, no tengo una editorial, soy independiente, entonces es más orgullo ya tenerlo físicamente en las manos

¿Quién es la modelo de la portada?
Soy yo, la fotografía la tomamos en el aeropuerto de Atizapán.

Seguramente algunas las personas que lo han adquirido se han puesto en contacto contigo después de leerlo, ¿Cuál ha sido su respuesta?
Siempre les digo que me ayuden, porque todos los comentarios me ayudan a mejorar para la siguiente edición y ya van cuatro ediciones. He escuchado muy buenos comentarios.

La única crítica de alguien que lo leyó, lo entristeció porque esa persona tiene una enfermedad, como trato temas relacionados a la muerte, entonces le llego algo de ese sentimiento. La verdad eh escuchado cosas muy buenas y espero comentarios de todos.

¿Tendremos una segunda parte?
Estoy juntando muchas historias,  para mí ya es difícil acceder a muchos lugares como lo hacía antes porque ya no estoy trabajando, pero la página ha tenido muy buena respuesta y me han estado manando muchas historias en estos últimos días y la verdad me da mucho gusto.

Si logro juntar otra cantidad considerable de historias, puede ser que haya una segunda parte.

¿Cómo comenzaste a difundirlo y dónde se puede adquirir?
Empecé a venderlos con mi familia que fueron los primeros que me compraron, luego los compartí con mis compañeros del trabajo, tuvo buena respuesta y se agotaron. Ahorita los tengo a la venta La Terraza de Juan Juan o para la gente  que está en otros Estados por internet, en Mercado Libre y kichink.com que hacen envíos foráneos que cuestan $39 y $49

¿Después de trabajar como sobrecargo, de escribir un libro, qué sigue para Monserrat?
Tengo muchos proyectos alternos, me dedico mucho a hacer conciencia sobre la ecología en mi otra página, ese es mi proyecto permanente; pero también tengo la idea de hacer las historias en vídeo o una película.

¿A dónde te pueden escribir o cómo se ponen en contacto contigo para enviarte algún comentario o alguna historia?
En la página de Facebook Fantasmas del Aire y también tengo un correo fantasmasdelaire@hotmail.com

Me gusta mucho cuando las personas publican su historia en mi página, porque ellos quieren compartir ese sentimiento y no pasa por mí, sino que directamente publican como a ellos les sucedió.