DEVELAN PLACA EN MEMORIA DE LOS CAPITANES JOSÉ EDUARDO SANTILLÁN RODRÍGUEZ Y OSWALDO CASASOLA GUERRERO

Los Capitanes 2dos. FAPA’s José Eduardo Santillán Rodríguez y Oswaldo Casasola Guerrero, fallecidos en cumplimiento de su deber, recibieron un homenaje en el que se develó y colocó una placa conmemorativa, en el Museo Militar de Aviación (MUMA).
La ceremonia realizada dentro del Campo Militar Estratégico 37-D, en Santa Lucía, Estado de México, fue presidida por el Gral. de Ala P.A. de Estado Mayor José Antonio Sierra Amador, Comandante de la Base Aérea Militar No. 1; el Gral. Bridadier Especialista en Electrónica de Aviación, Moisés Galeana Abarca, Jefe de Estado Mayor del Complejo Logistico de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y el Gral. Antonio Bravo Álvarez, Jefe del Depósito General Aéreo.
Como parte de los invitados, se encontraban la señora Diana Bojorges Sandoval, viuda del Capitán Segundo de Fuerza Aérea Piloto Aviador, José Eduardo Santillán Rdríguez, así como la señora María Isabel Sánchez, viuda del Capitán Segundo de Fuerza Aérea Piloto Aviador, Oswaldo Casasola Guerrero.
Hoy nos reunimos para rendir homenaje a quienes entregaron su vida cumpliendo con honor el sagrado deber de volar y servir a México. Nuestros compañeros, los Capitanes Santillán Rodríguez y Casasola Guerrero, encontraron en la aviación no solo una profesión, sino una pasión que les dio libertad y propósito. Con entrega, disciplina y valentía, surcaron los cielos representando con orgullo a la Fuerza Aérea Mexicana. El vuelo, aunque sublime, exige enfrentar riesgos y retos que solo quienes aman esta vocación pueden asumir. Ellos lo hicieron con entereza, hasta que el destino marcó su partida, recordándonos las palabras del Generalísimo Morelos: “Morir es nada cuando por la patria se muere”.
Respetables familiares de los Capitanes Santillán Rodríguez y Casasola Guerrero, hoy dejamos constancia de su legado y testimonio de su entrega. No es un acto para alimentar la tristeza, sino para inspirar orgullo en sus familias y en todos nosotros. Como se exclama en nuestro Himno Nacional “Un soldado en cada hijo te dio”. Ellos, como Pilotos Aviadores, cumplieron cabalmente su deber con la patria, entregando en sus aras su último aliento. Con profundo respeto develamos una placa con sus nombres, que quedará inscrita en el muro erigido en honor a las mujeres y hombres que han caído en el cumplimiento del deber: Que su ejemplo permanezca vivo en las generaciones que seguirán alzando el vuelo por México y que el cielo que tanto amaron sea ahora su morada eterna.