Stinson Reliant SR-5A: el inicio de una historia

Stinson Reliant SR-5A: el inicio de una historia

Un protagonista de nuestra historia aeronáutica
vuelve a surcar los cielos de México.

En junio de 1934, el empresario mexicano don Antonio Díaz Lombardo viajó a Kansas City en compañía de un joven piloto de nombre Julio Zinser, quien sería su asesor en la compra de un avión para iniciar una empresa aérea en México.

La idea de don Antonio Díaz Lombardo era establecer un servicio aéreo entre la Ciudad de México y el puerto de Acapulco, que a principios de los años treinta se había convertido rápidamente en un centro vacacional de gran importancia para los capitalinos y por eso buscaba el avión idóneo para tal empresa.

El avión seleccionado fue un Stinson Reliant modelo SR-5A, un pequeño avión fabricado por la compañía estadounidense Stinson Aircraft Company, apenas en mayo de ese mismo año. Se trataba de un aeronave que poseía un motor radial Lycoming R-680-6, de 245 caballos de fuerza, con capacidad de tres a cuatro pasajeros y un piloto.

La aeronave tenía la matricula estadounidense NC-14163, y partió de Kansas City con destino a la Ciudad de México. A bordo, don Antonio Díaz Lombardo y Julio Zinser, como piloto al mando del Stinson.

Volaron en el Stinson desde Kansas City hasta San Antonio haciendo dos escalas, primero en Tulsa y luego en Dallas. Posteriormente, tras pasar la noche en San Antonio, volaron a Brownsville y de ahí a Tampico, Tamaulipas, donde pernoctaron para finalmente, en el tercer día de viaje, arribar a la Ciudad de México.

Ya en México, el Stinson recibió la matricula mexicana XB-AJI, y con su piloto, Julio ZInser, comenzaron a realizarse algunos vuelos de prueba, primero sobre la Ciudad de México y más tarde en la ruta a Acapulco.

El 14 de septiembre de 1934  se realizó el vuelo inaugural de la nueva empresa denominada Aeronaves de México. El avión despegó del campo aéreo de Balbuena y aterrizó en el campo de Los Hornos, al costado de la playa del mismo nombre, en la Bahía de Acapulco.

Este primer vuelo fue comandado por el capitán Julio Zinser, quien además de ser el primer piloto de Aeronaves de México fue también el primer piloto civil que tuvo licencia comercial para volar en México.

La ruta seguida por el capitán Zinser fue de Balbuena a Chalco – Cuautla – Iguala – Chilpancingo y finalmente el puerto de Acapulco.

Tras una hora con 40 minutos de vuelo, el Stinson se posó en el Campo Aéreo de Hornos, donde don Antonio Díaz Lombardo recibió en compañía de autoridades y empresarios locales el vuelo inaugural de la nueva aerolínea.

Durante los siguientes meses del año, el Stinson y su piloto realizaron un total de 45 vuelos redondos en la ruta México-Acapulco, además de llevar a cabo varios vuelos especiales a Tehuacán, Ometepec y Oaxaca.

Además del Stinson, Aeronaves de México operó igualmente con un Bellanca y un Travel Air. Con estas aeronaves la empresa llegó a transportar durante su primer año de operaciones un total de 1,260 pasajeros. El éxito de la empresa fue más que evidente.

Tras el incremento de operaciones y número de pasajeros transportados, don Antonio Díaz Lombardo, en 1936, compró más aeronaves de mayor capacidad y tomó la decisión de vender el Stinson a un empresario estadounidense, de esta forma el XB-AJI recibe nuevamente la matrícula norteamericana que poseía originalmente y voló a los Estados Unidos, donde se perdió por muchos años de paradero.

80 años después, reaparece nuestro héroe

En 2014, localidad de Manassas, en el estado de Virginia, Estados Unidos, nuestro pequeño Stinson apareció cuando el piloto comercial retirado, Robert Schneberger, encontró en una feria aérea al pequeño avión.

El Cap. Schneberger, enamorado de su profesión, sentía la necesidad de continuar volando, por lo que encontró más que ideal al Stinson. Tras adquirirlo y ponerlo en condiciones idóneas de vuelo, revisa la papelería y descubre que este avión fue adquirido por don Antonio Díaz Lombardo en junio de 1934.

Al percatarse del valor de avión, se puso en contacto con la directiva de Aeroméxico, señalándoles la importancia de esta aeronave para la aerolínea mexicana. De esta forma se presentó la oportunidad para que Aeroméxico trajera de vuelta a su primer avión, tarea que le tomaría dos años en completarse.

Fue un gran esfuerzo por parte de la aerolínea, y a dicha aventura se sumaron la Dirección General de Aeronáutica Civil y la Fuerza Aérea Mexicana. Ambas instituciones fueron piezas fundamentales para llevar a buen término esta aventura.

Fue el 27 de mayo de 2016 cuando el Stinson inició su vuelo desde Manassas, Virginia hacia la Ciudad de México, en un viaje que duró una semana, con 29 horas de vuelo  efectivo y 13 escalas, repartidas tanto en Estados Unidos y como en México.

Su viaje terminó en la Base Aérea Militar núm. 1, en Santa Lucía, Estado de México. Dentro de las instalaciones del Cuarto Escalón de Mantenimiento, la aeronave recibió, por parte de técnicos de Aeroméxico y de la Fuerza Aérea Mexicana, una revisión técnica donde se verificó el motor, el fuselaje, la cabina, el tren de aterrizaje y los controles para quedar en perfectas condiciones de vuelo. Posteriormente el avión fue pintado con los colores originales de Aeronaves de México en 1934.

Será a partir de abril de 2017 que el Stinson permanecerá en exhibición en el Museo Militar de Aviación que se localiza dentro de la misma Base Aérea Militar núm. 1, pero cuando Aeroméxico requiera el avión para promoción será utilizado por la aerolínea, para lo cual el personal de la Fuerza Aérea Mexicana lo tendrá en perfectas condiciones de vuelo.

Presentación ante la familia aeronáutica mexicana

El 8 de febrero de 2017, en las instalaciones de la Base de Mantenimiento de Aeroméxico en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se llevó a cabo la presentación del documental “Stinson, el regreso de una leyenda”, realizado por el cineasta Miguel A. Catalán.

Esa noche, el Dr. Andrés Conesa, director general del Grupo Aeroméxico, dio la bienvenida a los asistentes al evento. Entre los que figuraban había autoridades aeronáuticas, directivos y accionistas de la aerolínea, periodistas, agentes de viajes, entre otros. Pero entre los invitados había dos muy importantes, primero, el capitán Robert Schneberger y el Sr. Julio Zinser Jr, hijo del capitán Julio Zinser, el piloto de aquel vuelo histórico del 14 de septiembre de 1934.

Tras la proyección del documental, la leyenda de la aviación mexicana hizo su entrada triunfal al hangar de Aeroméxico, para ser admirado por todos los presentes.

Pero esta emblemática aeronave tenía que ser igualmente presentada en un lugar muy especial y un mes más tarde, en marzo, el Stinson voló a Acapulco, reviviendo 82 años después la ruta que puso al puerto guerrerense en el mapa mundial, y dentro del marco del 42° Tianguis Turístico, la comunidad turística y aeronáutica mundial conoció a la leyenda de la aviación Mexicana.

La siguiente parada fue en la Feria Aeroespacial Mexicana, FAMEX 2017, realizada en abril, dentro de la Base Aérea Militar núm. 1, donde el Stinson estuvo en exhibición para propios y extraños.

Esta es la historia de un avión emblemático que hace revivir nuestra historia aeronáutica, donde nuestro país es un pionero en el ámbito mundial y de los pocos que cuentan con una historia tan rica y llena de vivencias y con protagonistas como el Stinson Reliant SR-5A.